viernes, 26 de julio de 2013

Una visita a Salas, Valle de Yocavil

En la ruta provincial 307, yendo desde Tafí del Valle y saliendo de la localidad de Ampimpa, Valle de Yocavil, provincia de Tucumán, Argentina, se observa un camino de ripio que se encuentra a mano derecha de aquella y que tiene un cartel indicativo con el nombre propio "La Sala" pero erróneo. El nombre acertado es "Salas". Por allí hay que seguir para llegar a esa localidad, que consiste un conjunto de casas y una escuela primaria de jornada simple y una capilla. No posee posta sanitaria ya que sus habitantes son atendidos en el CAPS (centro de atención primaria de la salud) de Ampimpa, localidad que dista a unos cuantos kms. de allí.
Salas está enclavada en la montaña, con el morro de La Laguna detrás, al pie de las Cumbres Calchaquíes, a una altura de 2400-2500 msnm.
La habitan 15 familias, con un total de 52 personas compuestas por 25 hombres, 27 mujeres y 19 niños de entre 0 y 14 años.
Las mismas viven de la cría de ganado caprino, de la agricultura, con el cultivo de árboles frutales y nogales y también de pensiones. Hay un alto número de desocupados (10 personas del total).


Membrillos de una casa de familia


Nogalar


Escuela

El camino presenta ciertas dificultades para transitarlo en auto o moto ya que en varios puntos se torna sumamente pedregoso, sobre todo luego de las lluvias de verano. En pocos sectores se encuentra en muy buen estado.

Las fotos que muestro en este artículo son de diferentes visitas a Salas y en distintas épocas del año. Una primera vez intentamos llegar a la misma caminando, cortando camino desde una localidad cercana (El Tío), que desemboca cerca de ella. Alrededor de dos horas nos llevó llegar al camino principal pero no pudimos hacerlo a la localidad propiamente dicha debido a que el día era muy caluroso y habíamos consumido casi toda el agua. Además, teníamos el tiempo justo para regresar con luz al punto de partida. 
No recomiendo realizar la caminata por esa "cortada" porque el sendero no está muy marcado y se confunde con otros que trazan los animales.
 
  
Regresando a El tío a buscar el vehículo al atardecer, luego de casi cuatro horas de una cansadora caminata ( y habiendo sido levantadas en la ruta por un compasivo automovilista, lo que nos ahorró varios kms. de recorrido) y Celina cargando uno de los perros atemorizado por una jauría que quiso atacarlo.


 Alameda de El tío, cuando el sol se ocultaba detrás de las Cumbres del Cajón o de Quilmes


Otra escena de ese maravilloso ocaso

Como no pudimos llegar a nuestro objetivo ese día, decidimos, al siguiente, trasladarnos y "aventurarnos" en vehículo hasta Salas y, ya allí, caminar por sus calles y cerros para conocer los rincones escondidos, que suelen ser los más hermosos.
Detrás y sobre Cumbres Calchaquíes, abundantes nubes de lluvia tapaban el sol que, a veces, se filtraba por ellas dando lugar a encantadores paisajes.




 Vista desde el camino de los cerros que abrazan a Salas.


Llegando a Salas 


A lo lejos, Molle Yaco

La región es semidesértica, pero cuando se llega a Salas, luego de girar por una curva, aparece de golpe un frondoso bosque de arcas, algarrobos, sombra ì toro, álamos, cardones y otras especies, que sorprende. Se encuentra a orillas y a lo largo del río que, salvo en épocas de lluvia, siempre está seco ya que su agua se guarda en una cisterna  para riego y uso domiciliario.



El río Salas con agua, luego de una torrencial lluvia del día anterior que provocó algunos aluviones.

Abajo, tres fotos tomadas un día de enero







Era Octubre cuando tomé la siguiente foto y entonces los vegetales renacían, luego del crudo invierno.


Recorriéndola, observamos varios corrales de pirca, en ese momento sin animales, varias casas construidas con materiales "modernos" como ladrillo cocido y chapas y algunas hechas con materiales típicos como la piedra, el adobe y la madera de cardón.


corral de pircas



Puerta de una casa abandonada




En la estación estival florecen los cardones. Unos altos ejemplares mostraban en Octubre sus flores amarillas que ya se cerraban con la luz del día.





Siguiendo por un camino recién trazado y en la segunda visita, nos acercábamos a las nubes que parecían ser frenadas por una barrera invisible que les impedía el paso para este lado del cordón montañoso. Luego me enteré que nos dirigíamos a "El Antigal", un lugar en el que se halla un sitio arqueológico inexplorado y celosamente cuidado por los pobladores y que mostraré en otro blog.


Al volver, las nubes ya se disipaban, dando lugar a la aparición de las altas cumbres.


Luego seguimos por el camino principal desde donde se podía apreciar este sector de Salas.


Por dicho camino se llega hasta Molle Yaco (2500-2600 msnm), otro paraíso perdido entre cerros, habitados por fauna salvaje como pumas o cóndores que se aparece sin avisar y que siempre maravilla.

Regresando ya de esa visita en enero, las nubes comenzaban a amenazar con tormentas, sombreando las cumbres que se mostraban con infinitas gamas de colores.



Vista de Cumbres Calchaquíes.

En todas las visitas realizadas, me llamó la atención la gran cantidad de aves que habitan el lugar, de las que puedo nombrar: colibríes, tordos, palomas, martinetas y muchas otras que pude observar pero desconozco aunque sí escuchar.



Les dejo la carta topográfica correspondiente de la región.

Agradecimiento: a las agentes sanitarias del área operativa de los Valles Calchaquíes dependiente del Siprosa (Sistema provincial de salud de Tucumán), Angélica Velárdez y Mónica Cata.

Marcela Neme, Julio de 2013 - enero 2015

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