sábado, 3 de octubre de 2015

Tramo La Merced - dique Escaba (por rutas provinciales)

                                     

                                  Tramo La Merced- dique Escaba



                        Vista hacia el cordón de Ancasti, desde las afueras de La Merced

Al pie del cordón montañoso de Ancasti, Catamarca y muy cerca de la cuesta del Totoral, se encuentra el municipio de La Merced, pintoresca localidad de dicha provincia.
El objetivo de este relato es mostrarles, a través de mis fotografías, la belleza natural que significa recorrer el tramo entre esta localidad y el dique Escaba de la provincia de Tucumán, por una ruta interprovincial no muy usada debido a su mal estado de conservación.
Ella penetra el corazón de la selva de yungas y está cruzada por ríos, arroyos y vertientes que bajan de las cumbres lo que, sumado a las copiosas precipitaciones de la zona y al descuido de las autoridades de los sucesivos gobiernos, la tornan, muchas veces, inaccesible y peligrosa.
Quiero aclarar que la mayoría de la fotos fueron tomadas entre el mediodía y la siesta, horas no adecuadas para un buen resultado visual.


 Bajando de la Cuesta del totoral (desde Tucumán hacia Catamarca), la  que se encuentra en perfecto estado y no presenta peligro alguno, se llega a un cruce de rutas. Un cartel indica tomar hacia la derecha (a Balcozna), por ruta provincial Nro 9. La misma está asfaltada y  en relativo estado de conservación.
Por ella se atraviesan una serie de localidades, rodeadas de lomadas con cultivos o campos de pastoreos como El Rosario, La Higuera, Tierra verde hasta llegar a Balcozna, una villa veraniega famosa por su belleza, como lo es todo el trayecto.


Arriba: dos vistas del río Del Rosario que atraviesa la ruta (provincial nro 9, de Catamarca). De cauce angosto, presenta grandes rocas en su trayecto que forman pequeños saltos.
Toda la región es de vegetación boscosa, salvo por la tala destinada a viviendas, cultivos y pastoreo, que son abundantes.
Las siguientes fotos muestran localidades diversas (no puedo determinar cuáles son), pero dan testimonio de estos verdes y pintorescos parajes en los que se pueden realizar tranquilas caminatas por sus calles internas y por senderos que suben a los cerros.


Al Este de Balcozna se encuentra la Cumbre del Potrerillo y hacia el Oeste, paralelas a la ruta y a la altura de la Higuera, la Cumbrecita del molle. Más hacia el oeste, se alzan las Cumbres de Balcozna. Todo está enclavado al sur del las Cumbres del Aconquija.
Siguiendo hacia el Norte, hay una bifurcación de rutas: la de la izquierda (RP 18), conduce a Singuil, localidad de Catamarca. Por ella se sube la Cuesta de Singuil, de hermosos paisajes. Por la derecha continúa por la RP 9 que ya, en Tucumán, se llama RP 308. Se asciende por la Cuesta de las Higuerillas hasta desembocar en el dique.
En la foto de abajo se observan los cerros que rodean dicha cuesta, la que se interna por la selva.
Las dos fotos de arriba muestran vertientes de agua que bajan de las cumbres para desembocar en el río Singuil que viene desde el Sur-Oeste. Todas estas vertientes cruzan la ruta y en época de lluvias aumentan su caudal.
Río Singuil desde la cuesta de las Higuerillas
Vegetación de selva de yungas. Se pueden apreciar los lapachos rosados todavía florecidos
Vista hacia el Sud-Oeste de la cuesta de Singuil desde la Cuesta de las Higuerillas.  
Cumbres con pastizales de altura. Más abajo, la selva nubosa. (Vista hacia al Este, desde la cuesta de las Higuerillas).


Más hacia el Norte, en la provincia del Tucumán, hacia el Este se encuentran las Cumbres de los Pinos y el Cerro Quico y hacia el Oeste, la Silleta de las Higueras que pertenece a la provincia de Catamarca.
 

De a poco comienzan a aparecer viviendas aisladas.
Abajo: otra vista del río Singuil ya cerca de la desembocadura en el dique.

El dique a lo lejos 

Debido al mal estado de la ruta por derrumbes, pequeñas inundaciones, terrenos arcillosos y por lo tanto deslizantes, tardamos entre cuarenta y cinco minutos y una hora en realizar el recorrido por la cuesta. No recomiendo hacerlo sin antes consultar a los pobladores del lugar sobre sus condiciones. Menos aún, en época de lluvias.

Una vez en el dique, gozamos de preciosas vistas.



El embalse de Escaba, de 500 hectáreas de superficie, es un atractivo turístico para la navegación, potenciado por las posibilidades de pesca, y los paisajes rodeados de montañas, cubiertas de selvas. Desembocan en él los ríos Chavarría, que baja del Noroeste y Singuil desde el Sur. La salida de las aguas del embalse se convierten en el río Marapa, hacia el Este.
Entre sus atractivos adicionales, se encuentra un antiguo cementerio de los ingleses, rodeado de araucarias, una bella cascada y una colonia de murciélagos, que se estima que supera los 10 millones de ejemplares y que año a año anidan en el paredón del dique. Un club náutico ofrece servicios de alquiler de botes.

En el dique se pueden pescar bagres, pejerreyes y tarariras. La pesca está amenazada por una situación ecológica singular: la concentración de oxígeno del agua depende del ingreso de aguas provenientes de los cerros que alimentan el embalse. La escasez de lluvias provoca cada varios años una baja oxigenación del agua, que suele causar mortandades masivas de peces.

Los primeros estudios para realizar esta obra datan del año 1913, pero las obras se iniciaron en 1937, con la presidencia de Agustín P. Justo y del gobernador Miguel Mario Campero. Suspendidas casi de inmediato, se reiniciaron en 1943, para ser llenado e iniciar su operación en 1947, bajo la presidencia de Juan Domingo Perón.

Aguas abajo del embalse existe un pequeño embalse compensador, el embalse Batiruana.
El dique de contención.


Espero que puedan guiarse con estos dos mapas (en escalas diferentes)  a los que no puede ampliar más para que sean más visibles. Por ahora, se los dejo esperando que hayan disfrutado de este aventurado pero hermoso paseo por dos provincias del NOA.
                                     
                                      


Marcela Neme, Octubre 2015


miércoles, 23 de septiembre de 2015

Las salinas, Amaicha del Valle


                           Las salinas, Amaicha del valle



A unos 15 kms., aproximadamente, al sudeste de Amaicha del Valle (de Yocavil), Tucumán, Argentina, se encuentran unas salinas.
Es un territorio muy árido en el que pueden observarse hermosas y extrañas formaciones arcillosas que determinan una geografía muy particular. Tiene una superficie de unos 12 kms. cuadrados, según mis cálculos.
La mejor época del año para visitarlas es entre los meses de Junio y Septiembre, cuando más cantidad de sal se halla en la superficie.
Las Salinas proveen a los habitantes de la comunidad sal para uso doméstico, medicinal y para alimento de la hacienda, entre otras cosas.
También se encuentran cuevas abandonadas de pumas, animal que todavía recorre la zona aunque, penosamente, cada vez menos.

Vista de un sector norte de las salinas, a lo lejos, las Cumbres Calchaquíes

Entre la comuna y éstas hay un camino perfectamente trazado aunque en muy mal estado por la cantidad de piedras sueltas y tramos arenosos. Por él se puede llegar caminando en una hora y media, aproximadamente; a caballo o bien en camioneta  todo terreno.

Recomiendo ir con un guía si no se conoce la zona. Debido al fuerte calor que especialmente se siente en el lugar, es importante llevar suficiente agua, sobre todo en caso de realizar la visita caminando. En este paseo el calor fue realmente agobiante ya que la jornada fue inusualmente caliente, como en el resto de la provincia.



Nuestra meta era, en realidad, llegar desde allí hasta "Los colorados", un pequeño vergel habitado sólo por una familia. Algunas otras personas suelen visitarlo regularmente por sus emprendimientos económicos. Exhaustas por las altas temperaturas y por la falta de tiempo, debimos desistir del objetivo propuesto.

Aún así, la hora de la tarde nos permitió disfrutar de este extraño, salvaje y duro escenario poblado por vegetación xerófila, con predominio de arbustos. Aunque siempre pueden observarse ejemplares de algarrobos blanco (prosopis chilensis) y dulce (prosopis flexuosa).


Ejemplar relativamente joven de un algarrobo sin hojas debido a la época del año.









Las fotos fueron tomadas desde la periferia de Las Salinas, mirando hacia el Este. El lugar se presta para penetrarlo y observar de cerca las curiosas formas moldeadas por los agentes erosivos de la naturaleza. Esto puede llevar algunas horas debido a su extensión y a que no es fácil transitar por terrenos tan irregulares.




Al pie de las formaciones puede observarse la sal que en esta época del año persiste. Es también el lecho del río de la Salina, que las recorre.




Las salinas se encuentran al pie del cordón del Aconquija que puede observarse en la foto, detrás de las formaciones arcillosas.




Este morro, sin duda, parece un volcán. Al menos, así suelo llamarlo yo.





En época estival, cuando las lluvias bendicen el valle, Las Salinas también renacen tornándose los vegetales verdes y regresando las hojas a los árboles.
Es en invierno, época en la que realizamos este paseo, cuando el paisaje se torna más duro y descolorido. Pero no recomiendo hacerlo en verano ya que las temperaturas se tornan peligrosas, salvo que se lo efectúe a la mañana temprano.


Estas últimas fotos fueron tomadas al atardecer, cuando la inclinación de los rayos solares permitían mayores contrastes en las formaciones y el color se tornaba más cálido.








Les mostré un rincón desconocido de mi provincia. Falta mucho para conocerlo en profundidad. Espero poder hacerlo en otra oportunidad y que sea pronto. Nada más placentero que sentarse a matear debajo de un algarrobo, mirando las cumbres. Tal vez el duende se me aparezca y me pida que le convide.
El mapa de abajo puede guiarlos para visitarlas. La zona rosada incluye los dos caminos que conducen a ellas (que luego se unen haciéndose uno) y a la derecha de él, desde donde toma dirección sur es donde se encuentran las salinas (hacia el este). Observen el río "De la salina", de curso irregular.


      


Marcela Neme
setiembre  2015